Moda

Empiezan a llegar los stories desde Formentera, las uñas con brilli-brilli en Mykonos y las fotos de brunches infinitos con pies descalzos y copa en mano. ¿Y tú? En la oficina, o en tu terraza de 5 m², viendo cómo el verano se convierte en una pasarela emocional ajena.
Tranquila, no estás sola: el FOMO veraniego existe, se agrava con el calor y tiene solución. Spoiler: no se trata de huir de las redes, sino de reconectar contigo. Con tu tiempo. Con lo que realmente quieres hacer este verano (aunque eso sea no hacer nada).
Aquí van los consejos Grazia-style para superar el Fear Of Missing Out y convertirlo en una temporada con menos comparaciones y más placer real.
Recuerda: Instagram no es un parte meteorológico emocional
Las redes sociales no muestran la verdad, sino la versión editada de una tarde que probablemente acabó con arena en el bolso y discusión por el sitio en la sombrilla. Antes de pensar que tu verano está mal programado, recuerda que lo que ves es contenido curado. Muy curado. Con filtro de ensueño y banda sonora de playlist premium.
Haz scroll con escepticismo y empatía. Y si hace falta, silencia con cariño.
Redefine tu idea de “verano perfecto”
¿Es un viaje al extranjero? ¿O puede ser un mes sin despertador, sin reuniones y con meriendas de sandía en silencio? Quizá tu mejor verano no está en la Costa Amalfitana, sino en un pueblo con piscina, un buen libro y cero presión por producir contenido.
La clave está en hacerlo tuyo. No en replicar lo que ves.
Tómate breaks digitales estratégicos
No hablamos de desaparecer 21 días. Pero sí de elegir momentos en los que estar offline sea sinónimo de salud mental. Desactiva notificaciones. Deja el móvil en casa cuando salgas a pasear. Vuelve a mirar por la ventana en vez de por la pantalla.
Recuerda: no estás perdiéndote nada. Estás eligiendo no verlo todo.
Planea pequeños placeres (que te importen a ti)
Haz una lista de 5 cosas que te harían feliz este verano. Reales, accesibles, que te ilusionen a ti y no a tu algoritmo. Puede ser algo tan simple como tomar el sol con mascarilla capilar puesta, hacer picnic sola, o ir a ver esa exposición de arte sin tener que compartirlo.
Tu tiempo vale más que los likes. Y no tiene por qué llevar bañador nuevo.
Usa tu FOMO como GPS emocional
A veces, el FOMO es una brújula. Te señala lo que echas de menos, lo que deseas o lo que tienes olvidado.
¿Sientes envidia de la gente que se toma tiempo para sí? ¿Para cuidarse, leer, desconectar? Quizá es tu cuerpo pidiéndote exactamente eso. Escúchalo, y regálaselo.
Y si nada funciona… recuerda que hasta el verano perfecto cansa
Nadie muestra las colas para comer en Ibiza, el viento que te arruina la foto en Tarifa o las discusiones por no tener sombrilla en Menorca.
Todo verano tiene un momento de aburrimiento, agotamiento o desconexión de verdad. Así que, si no estás de fiesta cada día ni nadando con delfines en el Egeo, tranquila: nadie lo está 24/7. El verano real no se mide en stories, ni en destinos, ni en outifts. Se mide en cómo te hace sentir. En lo descansada que te levantas. En el gusto de no hacer nada. O en disfrutar de hacer mucho, pero por elección.
El mejor antídoto contra el FOMO no es desconectarte del mundo, sino reconectarte contigo. Y eso, querida, no necesita wifi. Solo un poco de paz, sombra y un buen protector solar.
*Imágenes: Pexels