Moda

No lo decimos nosotras. La mejor prueba de que su trabajo es magia es la confianza que depositan en ella mujeres tan perfeccionistas y exigentes como Nieves Álvarez, Naty Abascal, Isabel Preysler, Vicky Martín Berrocal y su hija Alba Díaz Martín, Carla Pereyra, Jaydy Michel, Hiba Abouk o Antonio Banderas. Porque Sabrina Eléonore junto con su socio y marido Emmanuel Eleónore y su equipo, es capaz de extraer toda la belleza de un rostro simplemente exaltando y honrando lo que hay de natural en cada mirada genuina en Un Jour Un Regard.

¿Sus herramientas? Los pigmentos aplicados con la técnica del bambú a las cejas, a las pestañas y a la línea que las dibuja. Consciente de que las cejas son el auténtico marco del rostro, ella dibuja casi con tiralíneas, unas buenas dosis de visagismo y un instinto natural para captar la armonía natural de cada rostro, lo que necesita cada mirada.
De África a París
“Esto me llevó a explorar diferentes técnicas”, cuenta Sabrina. “Por supuesto, me formé en todos los métodos modernos, pero sólo uno se impuso realmente”. Y es que la revelación nació de su primera experiencia, lejos de cualquier escuela o instituto de belleza. Estaba en África. Un día, vio a una mujer negra, hermosísima, cuyo rostro había sido quemado con ácido. La piel de su mejilla y su cuello se había vuelto blanca, cicatrizada. Y allí, en una calle, un hombre, con sólo una aguja, carbón y un líquido, estaba devolviendo el color a su piel, punto por punto.

“Fue entonces cuando supe que allí estaba mi vocación. Me puse a investigar y pronto desarrollé mi carrera combinando técnicas modernas de la comunidad artística como el puntillismo, de finales del siglo XIX, con una visión espiritual del cuidado de la piel y el enfoque de la belleza global. Me pareció fascinante”, explica Sabrina. “Y aún más, que fuera un hombre quien lo hiciera, con tanta precisión y delicadeza… Esa imagen nunca me ha abandonado, ni siquiera hoy”. Al volver a Francia, una de sus clientas, que luchaba contra el cáncer, la animó a probar con ella. Así que no se lo pensó y compró los mejores pigmentos y agujas específicas, y se puso manos a la obra, “con humildad y desde el corazón”, apunta Eléonore.
La marca ha lanzado su propia línea de productos, incluyendo lápices para cejas con diseño ergonómico y cepillo integrado, así como un eyeliner de larga duración, pensados para resaltar la mirada incluso fuera del salón.
Siguiente parada: el bambú
Y con los años, viajando por el mundo y trabajando con la firma Kenzo como creadora de protocolos de bienestar, “tuve la suerte de vivir con familias locales, aprender tradiciones íntimas, recoger recetas ancestrales y gestos milenarios. Fue entonces cuando la técnica del bambú empezó a tomar forma para componer los protocolos de Un Jour Un Regard. Se trata de un gesto manual, sin máquinas, inspirado en rituales antiguos como los tatuajes espirituales de Asia o la Polinesia. Pero aquí la hemos reinterpretado, con suavidad y precisión, con un único objetivo: devolver la confianza con respecto al rostro sin congelar la identidad propia”, dice Sabrina.
Al principio, utilizaban esta técnica para personas que atravesaban enfermedades, dibujando una leve huella de ceja, delicada y temporal, que las preparaba y les ayudaba a reconocerse de cara a perder sus pestañas o cejas. Era una micropigmentación suave y biodegradable que desaparecía al cabo de 12 a 18 meses. No dejaba marcas y su propósito era acompañar con ternura durante la etapa de la sanación.
“Cuando Emmanuel, mi esposo, vio el impacto que este trabajo tenía en nuestras clientas, recuperando la luz y la alegría de su mirada, lo vio de inmediato, y así decidió ayudarme a fundar Un Jour Un Regard. La técnica del bambú es hoy nuestra seña de identidad. Un trabajo hecho a mano, dibujando pelo a pelo, con la forma natural de cada persona, una técnica viva y dibujada desde el corazón. Con ella controlamos la profundidad, el gesto, la intención… El resultado evoluciona con cada persona, hombres o mujeres, con su piel y con su historia. Por eso cada día nace una mirada nueva”, concluye Eléonore. Y es que también ofrecen servicios para hombres, destacando también los tratamientos para la barba, el tinte de pestañas para las puntas (que se pueden hacer en dos tonos para evitar el ‘efecto maquillado’), que es el tratamiento masculino más demandado, y el diseño y el tinte de cejas.
Micropigmentación paramédica: cuando la piel vuelve a contar su historia con confianza
Este último paso en el catálogo de servicios de Un Jour Un regard ha emergido como una poderosa herramienta de transformación estética y emocional. Combinando precisión médica con arte dermocosmético, permite corregir, disimular y reconstruir zonas de la piel afectadas por diversas condiciones, mejorando no sólo la apariencia física sino también la autoestima de quienes la reciben. Por eso este procedimiento va hoy mucho más allá del ámbito estético tradicional, ofreciendo soluciones especializadas como:
- Corrección de alopecia: con la técnica de tricopigmentación, se simula el crecimiento capilar en zonas con pérdida de cabello, logrando un efecto de densidad natural en hombres y mujeres.
- Camuflaje de cicatrices: quirúrgicas, traumáticas o de intervenciones estéticas, las cicatrices pueden disimularse integrando su color con el tono de piel del paciente.
- Reconstrucción de areolas: especialmente tras una mastectomía, se realiza una reconstrucción visual realista en 3D del complejo areola-pezón, ayudando a cerrar un ciclo físico y emocional.
- Difuminado de estrías: las marcas propias del crecimiento, el embarazo o cambios de peso pueden atenuarse con pigmentos personalizados que devuelven uniformidad a la piel.
- Tratamiento de vitiligo: esta micropigmentación iguala el color en áreas despigmentadas, proporcionando una apariencia más uniforme.
Espacios de lujo y serenidad
Los salones de Un Jour Un Regard están pensados como auténticos refugios sensoriales. En París, un icónico local en Passy decorado con elegancia vintage. En Nueva York, en un salón boutique francés ubicado en la Quinta Avenida. En Madrid, un cálido espacio en pleno barrio de Salamanca, en el número 13 de la Calle Velázquez. Un Jour Un Regard también está presente en eventos como los Oscars, el Festival de Cannes y la Met Gala.
Con el fin de preservar la calidad de sus servicios, la marca ha fundado su propia escuela de formación. Allí se transmite no solo la técnica, sino también el saber estar, la filosofía y los valores que caracterizan a Un Jour Un Regard. Actualmente, el equipo de especialistas formado directamente por Sabrina lleva este estándar de excelencia a cada nuevo salón abierto.
La marca ha lanzado su propia línea de productos, incluyendo lápices para cejas con diseño ergonómico y cepillo integrado, así como un eyeliner de larga duración, pensados para resaltar la mirada incluso fuera del salón.
¿Dónde? Calle Velázquez 13 (Madrid)
*Imágenes: cortesía