Moda

Este fin de semana, el bautizo de Ismael, primer nieto del cantante Antonio Carmona y de la reconocida productora Mariola Orellana, se convirtió en un emotivo punto de encuentro para familiares y amigos cercanos. La celebración, concebida como un evento íntimo y cargado de significado, estuvo profundamente vinculada a las raíces culturales y musicales que definen a la familia Carmona. La ceremonia tuvo lugar en un entorno cálido, acogedor y muy personal, donde la alegría, la tradición y la conexión emocional se entrelazaron de forma natural, creando una atmósfera mágica y entrañable. No faltaron tampoco rostros conocidos del mundo del arte, la música y la cultura, que quisieron acompañar a la familia en un día tan especial.
Entre los invitados más destacados se encontraba Rossy de Palma, actriz y musa indiscutible del cine español, admirada no solo por su carisma y talento, sino también por su inconfundible sentido del estilo. Fiel a su espíritu singular, Rossy volvió a confirmar su estatus de icono apostando por un diseño que unía elegancia, artesanía y tradición. Para la ocasión, eligió un vestido de la firma ibicenca Charo Ruiz, una firma de moda conocida por su maestría en el trabajo del encaje y los tejidos ligeros, perfecta para una celebración donde la autenticidad y el arte eran protagonistas.
Fundada en los años 80 en Ibiza, Charo Ruiz ha sabido trasladar al mundo la esencia de la isla a través de sus diseños. Confeccionadas en tejidos naturales como el algodón y el lino, sus piezas, reconocidas por su exquisito trabajo de encaje guipur y siluetas ligeras, son un símbolo de la feminidad libre y despreocupada, pero siempre con un halo de refinamiento.
La firma, que tradicionalmente ha trabajado en tonos neutros y encajes de mesh, ha presentado esta temporada una nueva colección que apuesta por los estampados maxi florales. La colección Morgana Blossom, a la que pertenece el vestido que lució la actriz en este encuentro, explora precisamente esta faceta más madura y sofisticada de la mujer mediterránea, donde el negro cobra un protagonismo rotundo y poderoso.
Rossy de Palma eligió el vestido largo Opal en voile de algodón bordado en 3D, una pieza que captura a la perfección el espíritu de la colección. Un vestido palabra de honor en negro decorado con grandes flores rojas estampadas que ascendían desde la falda hasta el busto, conectadas mediante delicados tallos verdes. El tejido, de textura fruncida, abrazaba su silueta de manera favorecedora antes de abrirse en una falda de volumen suave que aportaba movimiento y ligereza a cada paso.
Vestido largo Opal, de Charo Ruiz. PVP: 670€
Pero más allá de vestir el diseño tal cual, Rossy de Palma reinterpretó el vestido a su manera, trasladando su carácter claramente andaluz y teatral. Sobre los hombros, anudó un mantón rojo de satén. Coronó su peinado recogido con peinetas y flores rojas, en un moño pulido que dejaba ver unos pendientes largos de cristales brillantes, que se movían a cada paso.
El resultado fue una fusión exquisita de modernidad y raíces, de arte contemporáneo y pasión flamenca, donde la moda se convirtió en lenguaje y en celebración. Rossy de Palma, con su arrolladora personalidad, supo llevar el espíritu ibicenco de Charo Ruiz hasta el corazón de Andalucía, reinterpretándolo a través de su prisma único e inimitable.
*Imágenes: cortesía