El arte de la moda es un laberinto sin fin, y Alessandro Michele ha decidido perderse en él. Para su esperado debut en la alta costura de Valentino, el diseñador italiano no eligió el camino de la simplicidad ni de la discreción.

En su lugar, se lanzó de lleno a un torbellino de referencias, épocas y símbolos que convirtieron su primera colección en una oda al exceso refinado.

Titulada “Vertigineux”, la propuesta es un viaje entre el orden y el caos, donde cada prenda es una historia en sí misma y cada detalle un susurro del pasado que dialoga con el presente.

Un desfile como un universo en expansión

Desde el primer momento, el ambiente se sintió teatral: una pantalla proyectaba en rojo la palabra “Vertigineux” detrás del telón azul que enmarcaba la pasarela, como si estuviéramos a punto de entrar en un delirio estético.

Michele, en su estilo característico, no escatimó en referencias: Freud, Cleopatra, William Morris, el puntillismo y el Art Decó se entrelazaron en un caleidoscopio de formas, texturas y volúmenes.

Cada diseño parecía un portal a un tiempo diferente, con faldas voluminosas al estilo Barry Lyndon, mangas inspiradas en el Renacimiento y vestidos que evocaban la silueta de las flappers de los años 20, pero siempre con un giro inesperado.

El lujo en su máxima expresión

La alta costura, con su precisión artesanal y su dedicación al detalle, parecía hecha para el espíritu ecléctico de Michele. Telas ricamente bordadas, aplicaciones en relieve, capas de tul bordado y una maestría absoluta en la confección hicieron que cada look se sintiera como una pieza de museo.

Pero lejos de ser un ejercicio nostálgico, esta colección respiraba modernidad: los modelos desfilaron con gafas surrealistas cubiertas de gemas y máscaras ornamentadas, elevando aún más el carácter enigmático del show.

Un manifiesto de libertad creativa

Para Michele, esta colección no solo es un homenaje a la historia de la moda, sino una celebración del sinfín de posibilidades que ofrece la alta costura.

En un mundo donde las tendencias son efímeras, Valentino ha apostado por un lujo que no teme ser grandioso, abrumador y profundamente evocador. Y con este debut, Michele deja claro que, en su universo, el vértigo es el estado natural de la creatividad.

*Imágenes: cortesía