Moda

El verano es la más efímera y disfrutable de las estaciones, quizá por ello conviene elegir nuestras visitas cuidadosamente. Especialmente, si se quiere huir de masas y encontrar espacios a medida para garantizar el descanso de toda la familia, es importante tener en cuenta tanto el destino como el lugar en el que se pernocta.
Begur, Barcelona, Ibiza y Formentera son los destinos desde los cuales conectar con lo histórico, lo natural y lo ecléctico a través de la propuesta de alojamiento de estos seis hoteles singulares.
BEGUR, el destino PARA LOS AMANTES DE LA CALMA
Entre una de las más bellas playas de la Costa Brava y un paisaje con jardines de hierba fresca, pinos, cipreses y flores silvestres, se encuentra el imponente edificio palaciego de El Convent Hotel de Begur. Habitado por los Padres Mínimos desde el s. XVIII hasta hace poco más de una década, este convento ha sido reconvertido en un proyecto de turismo sostenible que alberga un hotel de 22 habitaciones y 3 suites (ubicadas en las antiguas celdas del convento original) además de piscina, gimnasio y terraza con vistas al privilegiado entorno entorno natural del Baix Empordà.
Esta es una de las propuestas premium de Badebles Hotels en la locadidad de Begur, en cuyo centro se encuentran también dos alojamientos boutique para los viajeros que busquen descubrir la historia de este mágico lugar: El Petit Convent y el Hotel Hanoi, ambos ubicados en dos casas de estilo indiano en las que disfrutar de la tranquilidad de un alojamiento exclusivo en las calles de la pintoresca localidad geronense y a tan solo unos pasos del Castillo y la Iglesia de Sant Pere.
Así, poner rumbo al Empordà se presenta como una opción diferente, relajada y a pie de costa, perfecta para unos días en familia, pareja o amigos y alejada de las habituales aglomeraciones que afectan a otros núcleos urbanos y zonas del país. ¿Otros beneficios? Los paisajes de Aiguablava y Playa del Pals a menos de 15 minutos en coche, junto con el pueblo medieval de Pals y múltiples ferias de artesanía que inundan la región en la época estival.
MARGOT HOUSE (BARCELONA), PARA LOS AMANTES DE LO URBANO
Del mismo modo, Barcelona (a poco más de un par de horas en coche de los anteriores), se plantea como una opción más que apetecible para completar el viaje o visitar por sí sola para unos días de relax y evasión cultural. Precisamente ubicada frente a la Casa Batlló, en el número 46 de un edificio residencial del majestuoso Paseo de Gracia, se encuentra Margot House. Este chic alojamiento resulta perfecto para desplazarse cómodamente por todo el centro de la Ciudad Condal, quedando Sagrada Familia queda a tan solo 3 paradas de metro (o un agradable paseo a pie de unos 20 min) y Barceloneta -y su paseo marítimo- a menos de media hora en transporte público o unos 50 minutos caminando.
Además, este cuidado hotel tiene todas las comodidades para que disfrutes de la ciudad al máximo pero también de tu descanso en cada jornada y de una tranquilidad como si no estuvieras en uno de los puntos neurálgicos de la capital catalana; recepción 24 horas, biblioteca, servicio de lavandería y limpieza en seco, sala multiusos o servicio de traslado al aeropuerto son solo algunos de sus extras para que no falte de nada en cada estancia.
La torre del canónigo (Ibiza), para los amantes de lo histórico en clave chic
Y de ciudad en ciudad mediterránea, esta vez vuelo mediante. Ibiza no necesita presentaciones, pero, quizá, los destinos habituales de los viajeros en época estival versan lejos de las protegidas murallas de Dalt Vila. Junto con antiguas murallas romanas, iglesias del siglo y palacios del s. XIX, el impresionante casco histórico -Patrimonio de la UNESCO- de la capital ibicenca acoge también La Torre Del Canónigo, un exclusivo hotel formado por tres edificios y algunas de las historias más originales de la ciudad.
Aquí, entre La Casa Puget, La Torre y Corsario se repartieron protagonismo piratas y bucaneros, artistas (como Dalí o Genovés) y nobles indianos desde hace un par de siglos, cuyo protagonismo queda palpable en la renovación que Lázaro Rosa-Violán hizo del alojamiento en 2021.
Además, su restaurante Corsario es uno de los favoritos en la capital gracias a la cuidada selección del chef Livan Valdés (que prepara platos inspirados en el mediterráneo en función a los mariscos, pescados frescos y carnes del día) y a su terraza con impresionantes vistas a toda la Marina. No en vano ha sido escenario de la película More, de Pink Floyd (1969) y por sus estancias han paseado Grace Kelly o Jean Paul Gaulthier.
Paraíso de los pinos (formentera), para los amantes de lo íntimo
Unos kilómetros de agua mediante, ese paraíso conocido como Formentera invita a completar la escapada o a ser visitada (y disfrutada) exclusivamente. Entre bosques de pinos, campos de labranza y antiguos vestigios de calzadas romanas, Paraíso de los Pinos ofrece una propuesta para la desconexión, privacidad y el confort familiar en plena zona de Es Migjorn. Un total de 29 suites y 6 villas de arquitectura mediterránea que se adaptan a las necesidades de cada visitante y donde sentirse fuera del mundo por unas horas (o días).
Con una piscina, solárium, zona de chill out y pista de tenis en sus instalaciones, y solo a cinco minutos de la playa más cercana, es el lugar ideal para no querer salir durante la estancia. Además, su propietaria (Lina Bustos) se encarga de asesorar personalmente a cada cliente sobre los planes en la isla, facilitándoles excursiones, visitas y reservas a medida, así como proporcionándoles bicicletas eléctricas, patinetes o coches estilo mehari para las actividades que quieran realizar.
También es posible relajarse y sumergirse en la cultura local desde su restaurante Es Mal Pas, símbolo del compromiso de Paraíso de los Pinos con la cocina creativa sin dejar de lado la esencia de la tradición balear. ¿La prueba? Platos como el carpaccio de gamba roja con papada ibérica, el tomate glaseado con agridulce de soja y sopa fría de sus jugos, la merluza negra con escabeche de verdura o el arroz meloso con pulpo y gambas.
Conocer la isla de Formentera y tener el descanso necesario para recargar las pilas este verano nunca fue tan apetecible.
*Imágenes: cortesía