Moda

Este verano viene cargado de color. Alejándose de los tonos pastel que acostumbramos ver durante las pasadas temporadas, este año marca una nueva pauta. Una en la que los colores ácidos, las mezclas de tonos y una saturación baja son la norma. Dentro de todo el arcoiris visto en las pasarelas, en el que los rojos estridentes, los verdes oliva y los naranjas tienen cabida, uno de ellos destaca por encima.
El inesperado color que se colará en tu ropa diaria y también en tus elecciones como invitada, es ni más ni menos, que el amarillo mostaza. Pigmento llamativo, que al mezclarse cobra cierta oscuridad y que es una de las opciones más interesantes en acabados metálicos. Debido a la luz que transmite, se encuentran en él distintos matices que se modifican según la luz, pareciendo más o menos luminoso en función de cómo incida esta en la prenda. Estos toques ocre le aportan profundidad y versatilidad, que se combina con la calidez propia del amarillo. Esta versatilidad viene dada por su capacidad para integrarse en diferentes estaciones a lo largo del año. Durante el otoño, por ejemplo, complementa los paisajes naturales, mientras que en primavera y verano, aporta un toque vibrante de energía que sube el ánimo.

Las pasarelas también dan fe de su auge, con las colecciones SS24 de diseñadores como Ashley Williams, Bite Studios o Molly Goddard entre sus adeptos y a pesar de la superstición de que este color es señal de mala suerte. Una tradición en la que vale la pena dejar de creer esta temporada. También se sumaban a esta tonalidad las propuestas de Dior, para su colección Alta Costura, o Alexander McQueen para su ready-to-wear. En ambos casos, a través de increíbles vestidos asimétricos, satinados o con drapeados. Mucho más atractivo además si se le suman otros colores igual de refrescantes como el verde lima o joyas plateadas que generen contraste.

un look de invitada made in spain
Ahora, diseños como los de la casa de costura española Hortensia Maeso cumplen todas estas características y las añade a prendas de invitada para los eventos de estos meses. Opciones apagadas a la vez que alegres, que favorecen a la pieles bronceadas y se mezclan para crear conjuntos dos piezas con el amarillo mostaza como total look o acentuado mediante complementos sobre prendas de otra tonalidad con la que generen contraste. Estos últimos, para que transmitan el espíritu del verano, mejor si son con forma de flor y en formato 3D. Un efecto vivo que no pasará desapercibido.
Si por el contrario la elección es un look completo en esta tonalidad tan especial, su propuesta es un vestido corto de corte recto, con mangas abullonadas y flores que dejan los hombros al descubierto. Un diseño tan vibrante como cálido, que lo convierte en la opción perfecta para eventos tanto de día como de noche.